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martes, 20 de septiembre de 2016

ONCE BUENAS RAZONES PARA NO MATRICULARSE EN LA PINEDA


Probablemente no exista mucha gente fuera de la ciudad de Badalona que sepa de la existencia del instituto La Pineda, situado en la zona de La Batlória. Se sepa o no, no es para nada recomendable matricularse en el mismo, puesto que probablemente se trate de uno de los peores centros docentes del mundo, y a continuación se van a especificar las razones:

1-      Por tener a los peores profesores del mundo. Pese a no ser ninguna novedad que los peores profesores del mundo se encuentran en escuelas públicas, en este centro esto se magnifica todavía más. Alumnos ignorados, amenazas, insultos, retrasos injustificados, criterios de evaluación que luego no se cumplen, etc… Son sólo algunos de los patrones habituales entre el profesorado de este centro.

2-      Por el mal trato de la conserje. A menudo, al entrar a un lugar concreto, la primera toma de contacto con el lugar es con el conserje o la conserje. Esto implica que se debe poner una persona altamente preparada para dar una alta satisfacción al cliente, para que este perciba una alta calidad en el resto de la empresa. En este centro docente no es así. Que la conserje te insulte es lo más leve que te puede ocurrir, puesto que probablemente recibas amenazas de llamar a la policía, así cómo un trato extremadamente prepotente. Además de dar mala imagen del centro, tiene un gran “compinche” con todo el profesorado del centro, de forma que, sí algún alumno tiene algún problema, no es sólo un problema con la conserje, sí no también con varios de sus profesores, al ver su nota reducida al mínimo para no levantar sospechas.

3-      Por el monopolio formado. En España siempre han existido centros docentes tanto públicos cómo privados. En el caso de los centros privados, te ofrecen una enseñanza de alta calidad, equiparable a los países del norte de Europa, con atenciones constantes al alumno e inserción laboral casi garantizada al finalizar los estudios, pero contaban con un precio elevado. El caso es que la Generalitat de Catalunya, la cuál controla el centro La Pineda (entre otros) quiso “reventar” el mercado derribando los precios, haciendo que los centros públicos que controla dejaran los estudios gratuitos o a un precio muy bajo. Tras muchos años, dejó la educación privada casi inexistente en Catalunya, con lo cuál, permitió crear un mercado cautivo de la enseñanza en una situación casi monopolista, y dejando un servicio educativo de pésima calidad a precios desorbitados, rozando actualmente los 400 € anuales de coste medio de matrícula para un Ciclo Formativo de Grado Superior. Esto también impide a empresas que tengan potencial el prestar un servicio de alta calidad a un precio equivalente o menor, dado que se encuentran el mercado acaparado por la Generalitat de Catalunya. Además, es evidente que cualquier servicio prestado por una empresa privada SIEMPRE es mejor que el servicio equivalente prestado por la administración pública.

4-      Por el mercado de compraventa de evaluaciones. Es habitual que el profesorado del centro exponga un punto de vista estrictamente suyo, y a menudo, injusto a nivel social. Esto no deja de ser una prueba de la capacidad de sus alumnos para ser vendidos (y no por su potencial académico), puesto que los alumnos que ceden ante la presión del/la profesor/a a menudo tienen la evaluación de su asignatura prácticamente regalada, con notas muy elevadas, mientras que los alumnos que lo contradigan, salvo que realicen un esfuerzo académico muy elevado, están condenados al injusto suspenso. Y uno de los casos más descarados de compraventa de evaluaciones es con Núria Franquesa, la reina del amaño de evaluaciones.

5-      Por sus pésimos convenios de prácticas. La Formación en Centros de Trabajo (FCT) debería ser una herramienta para permitir el completo desarrollo profesional y académico del alumno. Pero, en el caso de La Pineda, es un verdadero negocio millonario de cesión de esclavos a toda empresa que requiera de dicho servicio. Y uno de sus casos más notables es la excelente relación que mantiene La Pineda con la Foxconn europea.

6-      Por las coacciones. La RAE define la coacción cómo “Fuerza o violencia que se hace a alguien para obligarlo a que diga o ejecute algo”. Una vez se sabe esto, es habitual que el jefe de estudios de La Pineda a menudo recurra a la coacción para impedir que se sepan las prácticas sucias que se ejercen en La Pineda, tanto por el profesorado cómo por su personal. Es habitual su amenaza de expulsión (de la que se tiene constancia de varios casos) con tal de garantizar que los alumnos (clientes) no harán públicos los abusos que sufren en varios aspectos de su día a día en el centro.

7-      Por los privilegios de su personal. La práctica totalidad del personal de La Pineda se encuentra en la privilegiada situación del funcionariado. Esto significa que reciben un sueldo mínimo superior a la media nacional, además de tener total impunidad para hacer o dejar de hacer lo que quieran. Así, por ejemplo, pueden llegar tarde al trabajo y no ocurrirá nada. Pueden fingir una baja sin razón justificable, y no ocurrirá nada. Pueden insultar al cliente y no ocurrirá nada. Pueden ser todo lo irrespetuosos que quieran, y no ocurrirá nada. Esto se trata de una enorme injusticia, puesto que sus elevados sueldos los pagamos entre todos (en forma de impuestos) para recibir un pésimo servicio, que además, hará sentir insultado a cualquiera. Pero también es injusto, puesto que su inmunidad les blinda para no ser nunca despedidos, y además, están privando a otra persona en paro (o en empleo precario) que está perfectamente preparada para ejercer esta profesión, y no puede por qué un/a inepto/a está ocupando su lugar, que además, es intocable.

8-      Por las pésimas condiciones de salud. La Pineda es un lugar insalubre. A menudo las condiciones de limpieza, temperatura, humedad e incluso iluminación representan un serio problema de salud para la gente que se encuentre en sus instalaciones. A menudo, el profesorado se niega a realizar medidas correctoras (algunas de ellas tan simples cómo encender la luz), y tal y cómo se ha dicho anteriormente, sí les contradices, te ponen toda clase de impedimentos para recibir un merecido aprobado.

9-      Por no ser un centro igualitario en oportunidades. Precisamente sí algo quieren hacer destacar en la cortina de humo que es la enseñanza pública en su publicidad, es en la igualdad de oportunidades que supuestamente permite la enseñanza pública. Esto es completamente falso, puesto que la enseñanza pública (y más todavía en La Pineda) es favoritista. Pese a que teóricamente todos los alumnos son iguales en su condición social, y deben tener las mismas oportunidades e igualdad de criterio de evaluación, esto no se cumple. Y hace que los alumnos con mayores rentas (o rentas familiares) tengan mayores facilidades, tal y cómo se expone en el punto número 4, haciendo que, a menudo, las evaluaciones que recibe un alumno concreto estén decididas incluso antes de empezar el curso.

10-  Por mentir al Síndic de Greuges. Y es que el jefe de estudios de La Pineda es un verdadero prodigio de la manipulación  (un contrato con la ultramanipuladora TV3 le favorecería mucho). Práctica juego sucio, y prácticamente no se sospecha. Fue capaz de engañar a profesores, familia de alumnos, inspectores, medios de comunicación, e incluso a Rafael Ribó, Síndic de Greuges de Catalunya y que cobra, de forma completamente inmerecida, más de 100000 € al año. Alguien que cobra grandes cantidades de dinero público, y además de maltratar al cliente, miente para encubrirse, no se merece tener tal cantidad de dinero. Sólo se merece ser penalmente responsable de sus acciones, y que responda con su patrimonio por sus malas acciones e irregularidades.

11-  Por no permitir que se hable mal de ellos. Y es que el gobierno tiene todo tipo de coacciones para garantizar que los grandes medios de comunicación no hablen mal de ellos. Las grandes subvenciones que reciben los medios de comunicación (cómo los 250 M€ anuales de TV3 o los 8 M€ anuales de La Vanguardia) cedidos por la Generalitat a empresas escogidas “a dedo” para silenciar ciertos silencios insufribles por sus afectados, hacen que sea prácticamente imposible encontrar una mala crítica. Salvo en Google Maps Reseñas, no se ha encontrado ninguna página dónde sea posible, por parte de cualquier usuario, el dejar opiniones con altos criterios de neutralidad acerca de un servicio mantenido por el gobierno. Y, además, La Pineda se lo garantiza mediante su mercado negro de compraventa de evaluaciones. No es cómo, por ejemplo, con los restaurantes, dónde puedes describir una mala experiencia en Trip Advisor para advertir de posibles clientes del mal trato que van a recibir sí acuden allí. Se han blindado de las malas críticas casi por completo.

 
Y, cómo bonificación, pese a la limitación a once claras razones para convencer a la gente para no matricularse en La Pineda, añado cómo bonificación extra, la número 12, que consiste en tu criterio.

Confiamos en que la gente que forma está en un criterio lo suficientemente neutral cómo para no matricularse (o no matricular a sus hijos) en un lugar que permite maltratar a la gente por pura diversión.

Recuerda. Protege a tus seres queridos. Protégete a ti mismo. No acudas al peor centro docente del mundo.

 

 

lunes, 18 de julio de 2016

LAS MENTIRAS DE RAFAEL RIBÓ


Seguramente a muchos de ustedes no os recuerde a nada el nombre de Rafael Ribó. Según Wikipedia, nació el 10 de mayo de 1945 en Barcelona, y desde el año 2004 ejerce la figura del Síndic de Greuges de Catalunya.

Sin embargo, aquí analizaremos porqué Ribó no merece ejercer tal cargo pese a llevarse 112 917 € el año 2014.


Fotografía: Diario El País.

De entrada, la figura del Síndic de Greuges de Catalunya se define a sí mismo cómo “El defensor del pueblo”, y por lo tanto, se trata de una entidad que debe velar por el bienestar de todos los ciudadanos de Catalunya. En sí ya se trata de una mentira, puesto que, cómo expondré en el siguiente caso, es muy evidente que en ningún momento ni Ribó ni el Síndic de Greuges supo hacer nada para garantizar la correcta resolución del conflicto, y ni siquiera se tomaron molestia alguna para que se pudiese saber un mínimo de verdad.

Todo empezó con las prácticas irregulares asignadas por parte del instituto La Pineda de Badalona, dónde quedó patente el claro interés, tanto de la empresa en obtener esclavos cómo de algunos funcionarios en negociar posibles subvenciones. El equipo del centro, pese a ser conocedor de que la empresa buscaba mano de obra barata con las prácticas en empresa, JAMÁS fue capaz de actuar al respeto, cómo buenos funcionarios que son. Además de esto, se lavaron las manos completamente en este asunto, y para garantizarse de no ser nunca delatados, a mí, cómo alumno, me amenazaron de expulsión del centro en caso de no acabar con los comentarios acerca de las irregularidades en las prácticas.

A todo esto, tras graduarme (con un espectacular y descarado amaño de notas incluido) descubrí mediante una publicidad de la existencia del defensor del pueblo, que en Catalunya se hace llamar “Síndic de Greuges”.

Tras ver dicha publicidad, decido contactar para ver sí desde esta entidad se me puede ayudar en mi caso y acabar con tantos casos de maltrato ciudadano con el cuál tanto se divierten nuestros “maravillosos” funcionarios.

Caso error, por vuestro propio bien, JAMÁS contactéis con el Síndic de Greuges, os van a maltratar todavía más.

 
Y EL CAOS SUFRIDO FUE…

 
Que, tras casi dos años de espera, la “resolución” realizada por Rafael Ribó fue realizar una inspección educativa al centro (la cuál de entrada no se sabe a ciencia cierta sí fue realizada) por parte de la Generalitat de Catalunya, y lo único que se realizó fue creerse las mentiras que dijo el jefe de estudios del centro, el cuál, además, en ningún momento quiso reconocer la verdad y no confesó las amenazas y coacciones que realizó a sus alumnos acerca de una expulsión del centro sin causa objetiva que lo justifique. Además de ello, quisieron cerrar el caso, sin posibilidad de alegar, por mí parte, la falsedad de las informaciones que facilitó el centro, y sin ser capaces de trabajar de forma realista por el bien del pueblo, cómo nos quieren hacer creer en su publicidad (pagada también con dinero público).

Para terminar de rematarlo todo, no se les ocurre otra idea que mandar una encuesta satisfacción, la cuál me encargué de dejar por los suelos la imagen de Rafael Ribó y de la entidad del Síndic de Greuges de Catalunya, además de comprometerme a no recomendar dicha entidad a nadie, ni siquiera a mis peores enemigos.

RECORDAD:

SÍ QUERÉIS SER MALTRATADOS, RECURRID AL SÍNDIC.