domingo, 1 de mayo de 2011

La impresora matricial

Los orígenes de la impresora matricial van directamente vinculados al funcionamiento de la máquina de escribir, patentada en 1714 por Henry Mill. Posteriormente, estas fueron modernizadas y perfeccionadas hasta conseguir su máxima aceptación entre 1890 y 1970, cuando se empezó a popularizar la informática tal cómo se entiende actualmente. Fue en 2001, cuanto IBM y Olivetti las descatalogaron definitivamente del mercado.


Estas eran las piezas de hierro que usaban las máquinas de escribir para estampar el texto a su paso por la cinta de carbono.

El funcionamiento de la máquina de escribir consistía en un teclado, el cual, de forma mecánica, desplazaba un molde de hierro hasta el papel, el cual usaba una cinta de carbono para estampar el carácter en el papel. Posteriormente, se procuró perfeccionar con la máquina eléctrica, la cual permitía dar poca fuerza al escritor para seguir escribiendo, la invención del Tipp-Ex en Francia, la máquina de escribir que permitía borrar (dejando marca en el papel, eso sí), y la antecesora, que permitía visualizar en una pequeña pantalla el texto previo antes de pasarlo a papel.

La empresa americana Digital Equipment Corporation (la cual fue vendida en 1998 a Compaq, posteriormente HP), obtuvo la patente de la impresora matricial en 1957. Estas primeras impresoras matriciales disponían de dos cintas: una era una cinta negra la cual contenía el carbono que se estampaba en el papel, y la otra contenía en distribución las 24 letras del abecedario (A-Z) y los 10 números (0-9). Una vez procesada la información, la cinta hacía una serie de movimientos por tal de “estampar” en el papel el texto correspondiente. Esta impresora tardaba unos 4 minutos en imprimir una hoja en A4 con sólo texto en negro.

No muchos años más tarde, se sustituyó el molde con los caracteres por una serie matricial de 24 agujas (para hacer 6 líneas horizontales por 4 de verticales). Esta nueva mejora permitió, si el demás hardware lo permitía, crear nuevos símbolos, además del abecedario de su antecesor. Estas agujas se movían mediante un pequeño electroimán para estampar el carbono sobre el papel.

Años más tarde, se perfeccionó incorporando más agujas y con más densidad, hecho que permitió que las impresoras fueran más multimedia, dejando de lado las impresiones de sólo texto.

Una posterior mejora permitió hacer impresoras matriciales a color, mediante el uso de 4 cintas, con la negra, y otras 3 de carbono con colorantes para conseguir los 3 colores base (cian, magenta y amarillo). Esto ya empezó a tener éxito entre las grandes empresas de la época.

Su salto definitivo al mercado popular se hizo en 1981, con la comercialización del IBM PC, el primer gran ordenador doméstico vendido en masas.


El IBM PC con su respectiva impresora matricial.

Se empezó a comercializar la impresora matricial IBM, pese a que en realidad era fabricada por Epson (perteneciente a la matriz japonesa Seiko, con amplio prestigio ya en esta época en el mundo relojero). Esta permitía, mediante un programa editor de texto, imprimir una página de texto en negro en unos 2 minutos. El modelo era delicado y ruidoso, pero se conectaba al entonces novedoso puerto paralelo.

Estas impresoras vivieron su época dorada desde 1981 hasta 1995, con la popularización de las nuevas tecnologías. Las más populares eran de 9 pines  por píxel (3 horizontales y 3 verticales), pese a la existencia de la poco conocida ImageWriter LQ de Apple, que permitía hasta 27 pines por píxel.

No con el mismo concepto, pero si parecido empezaron a popularizarse las posteriores y nuevamente exitosas tecnologías: la inyección de tinta y el láser. De hecho, las impresoras modernas también usan la matriz de puntos, sin embargo, al ser tan precisas, requerirían de un microscopio para apreciarlo, ya que la vista humana no tiene suficiente capacidad.

En la actualidad estas impresoras están completamente descatalogadas del mercado doméstico, pero no extintas. Se usan en los establecimientos comerciales, cómo impresoras de ticket. IBM (la cual si está presente en la actualidad en el mercado corporativo), Epson, Konica-Minolta, Canon y Brother son las empresas más corrientes en la actualidad para este tipo de dispositivos. Estos modelos usan la densidad de 24 pines por píxel, y permite imprimir texto, líneas, dibujos, fotografías monocromas y códigos de barras. Pero sólo se usan en ticket, la cual usa un papel de rollo de un máximo de 10 cm. de ancho. Otra de las aplicaciones la usa Indra para toda clase de soluciones en el transporte: validadoras, expendedoras, etc… Entran también en este mercado Siemens, T-Systems, Fujitsu, Motorota  e IBM.


El dispositivo de la derecha de la imágen es el que usan los actuales TPV's.

Entre las principales ventajas que presentan actualmente, está el hecho de tener un bajo coste de impresión, la capacidad de impresión continua (uso del papel de rollo). Entre los inconvenientes, aún no solventados, está el tema del ruido, pese a que su presencia mayoritaria ya es en lugares de naturaleza ruidosa, a la baja calidad de impresión (pese a suficiente por el uso que se le da a la actualidad), y el hecho de perder intensidad de negro a medida que se agota la cinta de impresión. Tampoco dispone de ningún aviso en cuanto ocurre esto, por lo cual ello implica el inutilizar el Terminal hasta que la cinta sea repuesta.


La etiquetadora Dymo, un claro ejemplo del uso actual de la impresora matricial.

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fran_bcn

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